Categoria: Monumento
Declaración: Decreto 157/2008, de 15 de julio
El templo presenta una planta de cruz latina y nave única adosada al costado
norte del claustro conventual. La portada, orientada hacia el este, es de
composición vertical, con una faja de cantería que comprende dos huecos de
medio punto superpuestos: la puerta y un lucernario superior. El primer cuerpo
consta de un arco de medio punto sobre pilastras toscanas cajeadas, que se
vuelven a proyectar sobre las dovelas del arco, hasta alcanzar la cornisa,
retranqueada por los extremos en correspondencia con los capiteles. Sobre ellas
se desarrollan unos perillones o pináculos, ya en el segundo cuerpo, donde se
repite el mismo esquema, solo que a menor escala, rematando en dos volutas y
una cruz.
El hastial tiene forma triangular, acusando las vertientes del tejado. Es digno
de reseña el alero de cantería, solución adoptada para el resto de la iglesia y
convento, compuesto por una moldura cuartocircular que sirve de transición
entre los paramentos y las hileras de teja.
En el interior, el cañón de la nave dispone de un artesonado de par y nudillo,
con ocho tirantes simples apeados por canes de talla avolutada. Ocultando el
artesonado, el crucero aparece cubierto por una bóveda vaída sobre pechinas,
algo inusual en este tipo de iglesias. Las capillas colaterales disponen de
artesonados ochavados sobre pechinas y con almizate plano. La Capilla Mayor se
eleva sobre tres gradas. El artesonado, de similar factura que los anteriores,
aparece velado por una cubierta de cañizo y yeso. Hacia el lado del Evangelio,
en la Capilla Mayor, se ubica la sacristía, con acceso a través de un arco de
medio punto. Una ancha escalera de dos tramos con descansillo conduce desde la
sacristía hasta el camarín de la Virgen, en la trasera de la capilla mayor. Dos
artesonados similares, con falsos techos de caña y yeso se suceden, separados
por dos arcos de madera sujetos por pies derechos, entre el hueco de la
escalera y el camarín. Este camarín, que fuera diseñado para acoger a la Virgen
de Candelaria en caso de rebato, dispone de una hornacina, en la pared
posterior, y de unos raíles que conducen al nicho, móvil, del altar mayor, de
forma que la imagen pudiera retirarse de éste hacia atrás.
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